Porque hay Deseo que puede servirnos de ayuda, pero hay otro al que hay que apartar a un lado a base de darle cera con el antidoto apropiado. Por ejemplo, sí el deseo es por un objeto o cacharrito, deberíamos darle a la cabeza con la idea de ser libres de no adquirirlo.
De eso va está página. Y lo digo yo que recibí el viernes mí nueva camarita de fotos, Grrrr. No tengo arreglo.
24 de octubre de 2011
El Deseo envidioso
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