De salmón, tomate y queso.
Rico, rico.
Y lo mejor de todo: Kinse me ha agracido con la mano en el coraxon que le durra una bolsa con lo que me ha sobrado, pan, pavo, platanos...
Es el hermano de Cristian, que ya no está aparcando coches porque ha encontrado trabajo de camarero.
Y yo muy contento.
Me ha costado la comida lo mismo que ayer, pero la he disfutado más y hoy comemos dos.
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