Y los son. Igual que tus hijas. Igual que tú.
Para ser maravilloso solo hace falta, tener a alguien convencido de ello.
Elena por aquellos tiempos ni siquiera sabía decir la respuesta sin "trabucarse", se le atrancaba "maravillosa". Hoy en día me lo reclama ella, aunque se lo haya preguntado ya. Me llama al salir de la habitación y me dice "No me has dicho ni maravillosa". Entonces, vuelvo aobre ella le ataco en el cuello a besos y mientras se ríe, le pregunto ¿Por qué te quiero tanto?
Aaayyyyy
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