Los que el abuelo construyó tenían tres espejos y unas pizcos de cristal de colores entre dos cristales.
Estos otros los vi en unos puestos de artesanía en el parque María Luisa de Sevilla. Los compré por 5 € cada uno.
La gracia de estos es que tiene un tubo de ensayo lleno de glicerina en la que hay cuencas de colores. Además en vez de tres espejos uno de los del vídeo tiene dos espejos y una lámina y otro de ellos (con el que empieza el video) tiene solo una lámina enrollada.
Me gustaron mucho y los compré para Luna y Elena y para que los vea el abuelo Joaquin.
Actualización:
Al abuelo Joaquín le gustaron los caleidoscopios: