Su suegro, el malvado José, no le dejaba salir y solo lo alimentaba con plátanos que al pobre Paco Pepe le producían molestias intestinales.
José en una arrebato de pasión recordando a alguna cantaora de su época, le dejó el vestido que guardaba en el arca para que Paco Pepe se abrigara algo.
Desde los primeros días de cautiverio dejaron de hablarse y solo se entendían por gestos que Paco Pepe le hacía, como cortes de manga y otros similares.
Este es el vídeo:
Paco Pepe enjaulado
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